Recuperando a Hemingway

El paso de Ernest Hemingway por Pamplona dejó una huella mucho más profunda de lo que muchos creen, una huella que supera ampliamente esa imagen mítica de toros, vino y juergas. El escritor estadounidense en los lejanos años veinte del pasado siglo se abría paso poco a poco para formar parte de la élite intelectual de la época, lo que se traduce en que su descubrimiento de Pamplona le hizo colocar a esta ciudad en los ambientes intelectuales más prestigiosos que por aquél entonces tenían en París su punto de encuentro.


Un repaso a esta huella es lo que podemos ver estos días en la Plaza del Castillo, hasta el 10 de diciembre en una exposición al aire libre organizada por el Ayuntamiento de Pamplona, dispuesta en seis cubos informativos que narran toda esta historia, ilustrada a su vez con fotografías que el artista estadounidense Man Ray le hizo en Pamplona a su amigo Ernesto.



Entre los testimonios que da a conocer esta muestra están los de personajes como el escritor John Dos Pasos, o como el del pintor Ignacio Zuloaga, que junto al propio Ernest Hemingway, forman parte para siempre del patrimonio histórico del Gran Hotel La Perla en el que estuvieron alojados en diferentes ocasiones.