Conozca las fiestas de San Fermín de forma única

Disfrute de la emoción de la fiesta desde el centro de la ciudad

Habitaciones Históricas

Estancias dedicadas a personajes como Víctor Eusa, Hemingway, Pablo Sarasate, Orson Welles o Manolete

Suite 201 Hemingway

El mejor embajador de las fiestas de San Fermín cuenta con una Suite personalizada que se conserva tal y como él la conoció.

El placer de un buen desayuno servido en mesa

Empezar el día con calma y tranquilidad es un lujo

El Salón La Perla

Podrá descansar y disfrutar de la colección de libros firmados por nuestros huéspedes

Salones con historia

Uno de los salones más conocidos del Gran Hotel La Perla es el Salón La Perla (biblioteca) que se encuentra situado en la planta -1 y en el que conservamos la colección de libros dedicados por escritores de renombre. 





En la planta -2 nos encontramos con dos salones perfectamente equipados para la celebración de actos empresariales con conexión a Internet (cable y wifi), pantallas de plasma, proyector, dvd y con la posibilidad de realizar videoconferencias. 


La historia del Salón:

El Gran Hotel la Perla está ubicado en un solar que soportó siglos atrás la existencia de un castillo que militarmente protegía a la vieja ciudad de Pamplona, la del siglo XIV, dividida en burgos o pequeñas ciudades, y en la que el Rey Luis el Hutín (coronado Rey de Navarra en 1307) decidió llevar a cabo el proyecto de levantamiento de un nuevo castillo en Pamplona. No olvidemos que la cuidad de la Navarrería se encontraba destruída desde el año 1276 y los sucesivos monarcas no permitieron contstruir en ella.

Como emplazamiento de este nuevo castillo se eligieron los terrenos que se encontraban entre la Población de San Nicolás y las ruinas de la ciudad de la Navarrería, que en la actualidad corresponden al tercio oriental de la Plaza del Castillo, área en la que se ubica el Gran Hotel La Perla.

Y es por ello que hemos querido rendir homenaje permanente a la "prehistoria" del hotel dando el nombre de "Luis el Hutín" a uno de los salones de nuestro hotel.




Tiene una superficie de 39m2, capacidad para 20 personas en configuración Escuela, 30 en teatro y 45 en cocktail.



La historia del Salón:

En uno de los rincones de la Plaza del Castillo (en el que está ubicado el hotel actualmente) existía una pequeña plazuela a la que los pamploneses denominaron popularmente “Plazuela de la Sal”, o más comúnmente “Rincón de la Sal”, por ser en ese espacio en donde el Ayuntamiento de la ciudad había dispuesto a través de sus Ordenanzas municipales que se almacenase la sal y se procediese a su comercialización. Haría falta trasladarse por un momento, en un alarde de imaginación, hasta aquella sociedad de los siglos XVIII y XIX para entender la importancia que, en todos los órdenes de la vida, tenía un producto tan simple como la sal.

La plazuela tenía su prolongación con una calleja, también llamada “de la Sal” que discurría paralela, y discurre todavía (hoy como patio interior), entre las calles Chapitela y Estafeta.

Es por ello que hoy, en pleno siglo XXI, ocupando físicamente ese mismo espacio en el que generaciones de pamploneses comercializaron con la sal, queremos recordar y mantener parte de la historia de esta ciudad, dando este nombre a uno de los salones de nuestro hotel.

 Cuenta con una superficie de 50m2 y con capacidad para 30 personas en configuración escuela, 30 en Teatro y 45 en cocktail.




Esta sala está situada en el sexto piso, entre las suites reales. Cuenta con 25m2 de superficie y una mesa central; resulta ideal para comidas de trabajo o reuniones del consejo de dirección.




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Nos visita la escritora María Dueñas



La escritora María Dueñas participó el pasado 15 de marzo en "Diálogos de medianoche", programa de Fundación Caja Navarra que tiene lugar en CIVICAN en el que se adentra en distintos caminos de la literatura de la mano de autores que invitan a reflexionar, profundizar o dejarse llevar a otros mundos y realidades.

La escritora habló sobre su último libro, Las hijas del capitán donde narra la historia de tres jóvenes españolas que cruzaron a la fuerza un océano, se asentaron en el Nueva York de 1936 y lucharon con arrojo para encontrar su camino. Todo un tributo a las mujeres que resisten cuando los vientos soplan en contra.

Tras su paso por Pamplona y su estancia en el hotel, quisimos aprovechar la ocasión para que nos dedicase su libro, que pasará a formar parte de la colección de libros del Salón La Perla,  además de recoger sus palabras en el Libro de Honor.




175 aniversario de Sarasate



REMEMORANDO UNA ANÉCDOTA MUSICAL EN “LA PERLA” EN EL 175 ANIVERSARIO DE SARASATE


Hoy es 10 de marzo, y para nosotros, para el hotel, no es un día cualquiera. Celebramos que hace hoy 175 años, un 10 de marzo de 1844, nacía en Pamplona nada menos que Pablo Sarasate, don Pablo.

Desde nuestras redes sociales lo hemos dicho todo sobre él: excelente violinista, exigente compositor, y desde el punto de vista humano… para descubrirse.

Hoy, por tanto, hubiese sido su cumpleaños, y en consecuencia vamos a tratar de regalarle a él, a nosotros como hotel, y a todos cuantos hoy seguimos admirándole, una pincelada poco conocida de su historia, una pincelada que la esboza otro de los grandes, también violinista y compositor, y a la vez también asiduo cliente de este hotel; nos referimos a don Enrique Fernández Arbós.
Este, en su libro autobiográfico “Treinta años como violinista. Memorias. (1863-1904)” nos regala un capítulo que hace referencia directa a la que, después de la cumbre musical de 1886, sería la segunda vez que don Pablo se asomaba a un balcón del Hotel La Perla para tocar el violín, en esa ocasión desde el comedor primer piso, ubicado debajo de su habitación; y alude también al piano que seguimos conservando y que don Pablo usaba diariamente en sus estancias en La Perla; eran los Sanfermines de 1892, y en ese capítulo contaba lo siguiente:

“Una noche, terminábamos de cenar cuando nos sorprendió un tumulto más resonante que el acostumbrado, llegando a nuestros oídos el vocerío de la muchedumbre que reclamaba a Sarasate. Don Pablo se asomó al balcón y, entre los aplausos con que fue acogido, alguien gritó: .-¡Que toque!, ¡que toque para el pueblo!.
Sarasate entró en el comedor.
.- Ea, Arbós. Vamos a tocar mi ‘Jota para dos violines’
Otto Goldschmidt, ayudado por un par de amigos, aproximó un piano vertical al balcón, y en este, que era relativamente espacioso y avanzaba en pronunciado saliente, nos colocamos, ejecutando la Jota en medio del silencio emocionado y vibrante de aquellas ocho mil almas apiñadas en inmenso grupo expectante. Todavía recuerdo las singulares condiciones acústicas de la enorme plaza que, con gran sorpresa nuestra, recogía y avaloraba el sonido de nuestros dos violines y el entusiasmo verdaderamente conmovedor de los buenos navarros que nos hicieron repetir la Jota y luego obligaron a Sarasate a tocar solo, pagándole con las ovaciones más clamorosas y sinceras”

Es precisamente a partir de este año cuando se consolida la costumbre en don Pablo Sarasate de obsequiar a sus paisanos con un concierto de violín desde su balcón. Quede aquí esta “perla” de su historia en este, su 175 aniversario. ¡Felicidades don Pablo!.