Es público y notorio que en 1881 cuando se fundó La Perla faltaban todavía muchos años para que se popularizase el uso del teléfono. Por tanto, no era posible que un cliente reservase habitación por teléfono (se utilizaban otros medios como el telefonema, el telegrama, o el correo postal), y en consecuencia cada fonda se preocupaba de bajar a la estación de tren con su carruaje, o coche de caballos, para captar a la clientela. Algunas fondas, entre ellas La Perla, hacían prospectos en imprenta destacando sus servicios y sus comodidades, y pagaban a algunas personas para que los repartiesen entre los viajeros cuando el tren paraba unos minutos en las estaciones de Alsasua o de Castejón.
En cuanto llegaba a Pamplona el tren y descendían los viajeros, inmediatamente los empleados de las fondas empezaban a proclamar en voz alta el nombre de la fonda para la que trabajaban, ofreciendo así la posibilidad a los viajeros de subirles en el carruaje hasta la fonda.
Esta presión que se ejercía sobre el viajero que llegaba a la ciudad ocasionalmente era recriminada desde la prensa local; por ejemplo, el diario pamplonés “Lau Buru” el 12 de febrero de 1882 denunciaba “las gestiones, convertidas poco menos que en atropellos, que los cocheros, mozos de fondas, casas de huéspedes, etc., emplean con el viajero en el momento en que pone la planta en la parte exterior del edificio. Además de las destempladas voces que producen una confusión más que mediana, por el sólo hecho de nombrar cada cual su alojamiento, sucede con frecuencia que arrebatan al viajero los bultos que traen a la mano, llegándose muchas veces a originar pendencias y altercados de mal género, por la separación con que resultan colocados los equipajes y los dueños”.
Sobre el teléfono sabemos, por ejemplo, que el 19 de julio de 1936 –fecha del inicio de la guerra- el General Francisco Franco le llamó por teléfono al General Emilio Mola al palacio de Capitanía, en donde este último tenía su oficina y desde cuyo balcón había proclamado unas horas antes el inicio de lo que en ese momento se denominó alzamiento nacional. Allí se le informó a Franco de que Mola se encontraba en la Plaza del Castillo pasando lista a las tropas de voluntarios que, por miles, hasta esa plaza acudían para salir a luchar en los frentes de batalla; y que si quería hablar con él la única posibilidad era llamarle al Hotel La Perla, como así hizo.
Esta anécdota nos da una pista sobre el número de teléfonos que podía haber entonces en una ciudad como Pamplona; escasos, sin duda, quedando estos relegados a las instituciones, a los edificios oficiales, a los hoteles, hospitales, y poco más.
A día de hoy, en base a los documentos conservados en el archivo del hotel, no estamos en disposición de señalar la fecha exacta en la que llega el adelanto del teléfono al Hotel La Perla, si bien, por una factura fechada el 18 de mayo de 1924, pero impresa en la segunda década del siglo XX (probablemente en 1912 ó 1913), descubrimos que en esa fecha el hotel ya tenía teléfono, era el número 145.
|
"Compañía Telefónica nacional de España-No girar el disco hasta oir la señal para marcar." |
Cuando en junio de 1933 se alojó Gil Robles en el Hotel La Perla, le correspondió la factura numerada con el 6273, lo que ya nos hace pensar que este modelo de impreso ya tenía unos años de antigüedad, y allí figuraba para el hotel el teléfono número 1501.
Y es precisamente en aquél año de 1933 cuando el hotel se somete a una de sus más importantes reformas, en la que no solo cambia su fachada y su aspecto interior, sino también su número de teléfono; así pues, desde 1933 el nuevo número telefónico era el 1903.
|
Teléfono que utilizaba Hemingway. Se encuentra expuesto en la vitrina de su habitación |
Al comienzo de los años cincuenta, al menos desde 1953, el número telefónico conoce una ampliación, siendo desde entonces el número 11903, número este que volvería a ser ampliado a principios de 1968, pasando a ser desde entonces el 211903. No hay que olvidar que, al menos, en esa época la centralita del hotel contaba con tres líneas telefónicas, por lo que el 211903 era el número denominado de cabecera; las otras dos líneas correspondían al 211901 y al 211902.
A principios de la década de los ochenta la reestructuración telefónica de la ciudad fuerza un nuevo cambio de número telefónico, a la vez que se mantenía el número de líneas. Así pues, el de cabecera era el 227706, mientras que los otros dos eran el 227704 y el 227705.
Unos años después, en los noventa, se impuso el prefijo 948, que hasta esa fecha se empleaba únicamente para las llamadas no provinciales, por lo que el número era el 948227706. Además, en el año 1993 se sustituyó la antigua centralita –después de más de medio siglo de funcionamiento en el hotel- por una centralita nueva, Alcatel, que permitió ampliar a seis el número de líneas (948-227706, 948-227705, 948-227704, 948-221502, 948-210572, y 948-221519, esta última para el fax). Y por último, cuando el hotel reabrió sus puertas en junio de 2007, tras dos años de reforma, el nuevo número de teléfono, o número de cabecera, pasó a ser el 948223000.