Pablo Sarasate, un cliente emblemático

Pablo Sarasate; pamplonés, pero internacional, patrimonio del mundo entero, el mejor violinista de su tiempo, y a buen seguro uno de los mejores violinistas que han existido jamás. Un hombre de masas, un artista que allá donde iba llenaba los teatros, condecorado y agasajado por reyes, emperadores, zares, y presidentes de gobierno. No había otro en su tiempo.


Como número uno en su modalidad, Pablo Sarasate tenía una agenda apretadísima, siempre de teatro en teatro, de ciudad en ciudad, de país en país. A pesar de ello él se las apañaba para estar libre durante las fiestas de San Fermín, las fiestas de Pamplona, a las que el acudía siempre a deleitar a sus paisanos con el violín, ofreciendo en esta ciudad un apretado programa de conciertos en el Teatro Principal.

Para el Hotel La Perla el violinista Pablo Sarasate ha sido siempre, por excelencia, un cliente emblemático y especialmente querido. Además de ello, dentro de la historia del hotel, Sarasate es ese personaje que hace de nexo de unión entre los siglos XIX y XX. Su figura nos da pie a introducirnos a través del tiempo y del recuerdo en aquellos sanfermines de antaño, que tuvieron como protagonista al –ayer, hoy, y siempre- insigne violinista. Don Pablo era cliente de La Perla; y de seguro que si su fundadora Teresa Graz viviese, hubiese puntualizado certeramente que más que cliente era amigo.


Una estancia llena de recuerdos

La habitación 207 (antiguamente numerada con el nº 210) está ubicada en el segundo piso del hotel, concretamente en la esquina donde se unen la calle Chapitela y la Plaza del Castillo.



Pablo Sarasate, en todas sus visitas sanfermineras, habitó en esta estancia, y siempre en ella. Lógicamente la habitación ha sufrido cambios, pero es importante saber que el mobiliario sigue siendo el mismo. Mesillas, escritorio, mesa, butacas... son los mismos que don Pablo conoció en los últimos años del siglo XIX y primeros años del XX. Toda la habitación, por tanto, gracias al celo que han tenido las cuatro generaciones por las que ha pasado la propiedad del hotel, es un homenaje permanente a nuestro afamado violinista

Destaca, por su importancia, el arco de madera de pino que se exhibe en el centro de la estancia. Se trata de un arco con cuatro finas columnas, coronado en su parte superior por una esbelta lira (símbolo internacional de la música) tallada en madera. Esta pieza es un obsequio que hizo el gremio de carpinteros de Pamplona a don Pablo para que decorase siempre su habitación en La Perla. Se puso aquél arco a finales del XIX, y hoy es el día en el que allí sigue, cumpliéndose así la voluntad de los carpinteros pamploneses, y homenajeando a la vez al violinista.










Llama también la atención la presencia de una fotografía, enmarcada, dedicada en julio de 1890 a doña Teresa Graz, fundadora y propietaria del Hotel La Perla. Esta fotografía, inédita, viene a recordarnos la fuerte vinculación afectiva que Sarasate tenía con este hotel y con la familia propietaria.





Y el balcón...Desde ese balcón obsequiaba don Pablo a sus paisanos el mismo día de su llegada a Pamplona. Agradecido por esos multitudinarios recibimientos que le brindaban los pamploneses, se asomaba él a su balcón y les correspondía con un concierto de violín; ¡miles de personas se congregaban a sus pies para escucharle!



                                      6 de julio de 1902 - Sarasate en su balcón con las autoridades pamplonesas



                                                    Don Pablo asomado a uno de los balcones de su habitación





                                                                Don Pablo Sarasate saliendo del Hotel La Perla




Vitrina en su habitación

Quien visite esta habitación no sólo se va a encontrar en el mismo espacio físico que habitaba Sarasate, y no sólo va a poder ver los mismos muebles que él veía, sino que además, dentro de una vitrina se exhiben algún objetos vinculados al violinista.
Allí pueden verse todos los libros que se han editado sobre la figura de Pablo Sarasate, y también folletos, y prospectos. Hay también un cromo de principios del siglo XX, de los que salían en el tabaco. La pieza más importante, donada al hotel por sus descendientes, es un pañuelo de él, que luce bordadas sus iniciales y el escudo de Pamplona.






Otra pieza inédita es la fotografía del título de Hijo Predilecto de Pamplona que el Ayuntamiento de esta ciudad le entregó el 6 de julio de 1902 en el propio Hotel La Perla; es una fotografía totalmente  desconocida, en la que se ve el pergamino y la caja en la que se guardaba. Muy interesente es también la tarjeta postal manuscrita y firmada por don Pablo; o una pequeña pieza de atril, perteneciente a la Orquesta Santa Cecilia (fundada por Pablo Sarasate) y contemporánea de aquellos primeros años de andadura.


Todo un conjunto de piezas y elementos que ayudan a poner en valor la figura de este insigne pamplonés.