Toreros para la historia I

 Rafael Moreno (Hotel La Perla) y Ernest Hemingway, juntos en los toros, 
en el lado derecho de la imagen

Nos remontamos a la primera mitad del siglo XVIII para adentrarnos en la historia de los toreros que han formado parte de la historia de Pamplona y contextualizar así la relación que posteriormente tuvo el mundo taurino con el hotel. Por aquél entonces en Pamplona el Mesón de los Carros (conocido posteriormente con el nombre de Fonda Europa, en el paseo de Valencia -actual paseo de Sarasate-) fue el establecimiento que acogió la visita de los mejores toreros de la época. Desde los míticos “Paquiro” y “Cúchares” hasta "Mazzantini" y “Lagartijo” desfilaron por esa fonda entre los años 1739 y 1881. Las cuadrillas de estos matadores solían acudir a otros establecimientos más económicos, y al menos durante la segunda mitad del siglo XIX fue la Fonda de Justo Ibáñez la principal anfitriona de la modesta tauromaquia.


Es en junio de 1881, con su apertura, cuando La Perla le toma el relevo, como establecimiento taurino, a la Fonda Europa, convirtiéndose este nuevo hotel, desde entonces, y durante casi cien años, en el hogar de la mayoría de los toreros durante la estancia de estos en Pamplona.


Bien entrado el siglo XX, allá por los años sesenta, es el Hotel Yoldi, en la avenida de San Ignacio, quien recoge el testigo de la exclusiva taurina, sin que por ello La Perla quede desvinculada del mundo del valor y del arte. Finalmente, en el último cuarto del siglo XX, ya no cabe hablar de un hotel que acoja en exclusiva a los matadores que participan anualmente en la Feria del Toro, sino que a estos los vemos repartidos y dispersos por numerosos hoteles de Pamplona y de las cercanías.

Atrás quedaron aquellos años del siglo XIX y del siglo XX en los que los vecinos se agolpaban en las puertas del hotel para ver salir a los toreros y acompañarles hasta la Plaza de Toros; algunos matadores de toros gustaban de hacer este recorrido montados en el coche de caballos que el hotel ponía a su disposición.

Hoy, siglo XXI, las paredes de La Perla susurran al oído sensible historias y añoranzas taurinas con sabor añejo. Nos hablan estas paredes de tardes de gloria, de triunfos y de sinsabores, de hoy y de ayer, de fiesta, de toros, de arte.

A nuestros oídos llega el sonido de los aplausos, lejanos en el tiempo, que aquella antigua plaza de toros de Pamplona tributaba en reconocimiento a su labor a Rafael Molina “Lagartijo” una calurosa de tarde de un 12 de agosto de 1884 cuando este, ante su majestad el rey Alfonso XII, ponía en pie a un público difícil y exigente que después le llevó a hombros hasta la Fonda La Perla. Pero no es “Lagartijo” el único torero que visita La Perla en el siglo XIX, ni tampoco el más importante, aunque para eso están los gustos. Y como es tarde para que nos reprochen su omisión vamos a extraer del recuerdo tan sólo a los más conocidos de aquella época, como lo eran: Salvador Sánchez “Frascuelo”Luis Mazzantini“Gallito”,Francisco Arjona Reyes “Currito”Fernando Gómez “Gallito Chico”Valentín Martín “Guerrita”“Caraancha”, etc.; la mayoría de ellos asiduos de las fiestas de San Fermín. Eran tiempos en los que los toreros gustaban de ir a la plaza de toros con solemnidad, montados en el Landeaux, o Landó –que decían los castizos-, un coche tirado a caballos que poseía el hotel.

Y del siglo XX, ¿qué no decir?. En La Perla han tenido su hogar cuando han venido a Pamplona desde el matador Ricardo Torres “Bombita”(el Papa de la tauromaquia) hasta el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, pasando por José Gómez Ortega “Joselito”Nicanor VillaltaMarcial LalandaJuan Belmonte, Manuel Rodríguez "Manolete",  Antonio Márquez, los hermanos Bienvenida“Gitanillo de Triana”Pepe Luis VázquezDomingo Ortega (siempre en su habitación 417), Fermín Murillo, y un largo etcétera del que en muchos casos tenemos constancia pero que lamentablemente no podemos documentar por no conservarse los libros de viajeros anteriores a 1932.

Igualmente han honrado con su visita al hotel algunos ganaderos como Pablo ChoperaLora SangranJosé Luis Osborne, el Marqués de AlbaserradaCebada GagoCampos Peña, o Dolores Aguirre, por citar a algunos de ellos.

Panel de la habitación dedicada a Juan Belmonte, entrada el 9 de julio de 1934.
Juan Belmonte, paseillo del 10 de Julio de 1934

Cogida de Juan Belmonte, 10 de Julio de 1934




Anécdota: 


Era muy habitual que los matadores de toros se alojasen en los hoteles, mientras que a sus cuadrillas las enviaban a fondas de inferior categoría. En este sentido en La Perla hubo tres importantes excepciones, casi escandalosas para aquella época. Tanto Manuel Rodríguez “Manolete”, como Cayetano Ordóñez, como el mejicano Fermín Espinosa “Armillita Chico” nunca consintieron que su cuadrilla fuese a un establecimiento de categoría inferior al que se alojaban ellos; y así lo hacían en el Hotel La Perla.