Un diccionario para entender las Fiestas




 APARTADO

 Acto taurino que se celebra todos los días en los corrales 
de la Plaza de Toros, a las 13 horas, en el que se procede a enlotar, sortear y 
separar los toros para la corrida de esa tarde. 

          En los últimos años el apartado ha adquirido un marcado carácter social, 
dándose cita en él personalidades de todos los ámbitos (tauromaquia, política, 
economía, cultura, deporte, etc.), que aprovechan para degustar un fino 
andaluz, unas criadillas de toro, o un pincho de chistorra. 

          CHUPINAZO

Chupín, o cohete, de mayor tamaño o de mayor 
sonoridad. Durante siglos el comienzo de las fiestas de San Fermín (a las 12 
del mediodía del 6 de julio) se anunció con el repique de las campanas de las 
iglesias y de los conventos de la ciudad. Posteriormente se complementó este 
forma de anunciar con el disparo de chupines y de bengalas desde diferentes 
puntos; el encargado de esto solía ser algún empleado de las empresas 
pirotécnicas que en esas fiestas iban a lanzar los fuegos artificiales. 

          En el año 1939, por vez primera, se convocó a la ciudadanía para asistir 
en la Plaza del Castillo al inicio de las fiestas con el anuncio a través de un 
cohete de especial potencia. A ese chupín se le llama desde entonces 
“chupinazo”

          Desde el año 1941 se lanza desde uno de los balcones de la Casa 
Consistorial. Y hoy día es un acto multitudinario, en el que participan miles de 
personas, y que se retransmite en directo por parte de cadenas de televisión de 
todo el mundo. 

          CORRIDAS DE TOROS

Las corridas de toros, al estilo de lo que hoy 
conocemos como tal, están documentadas en Pamplona desde el año 1385. 
Eso no quiere decir que con anterioridad no las hubiese, sino que no se 
conservan referencias documentales. Ya para entonces en Navarra los festejos 
con toros eran algo habitual y tradicional, sobre todo en la modalidad de “toro 
con soga” o en la de “toro de fuego”. 

          Decía con gran acierto Arturo Campión que “ni el juego de la pelota es 
algo tan nuestro como creemos, ni las corridas de toros son tan advenedizas 
como creemos”; es decir, las corridas de toros, sépase de una vez, tienen su 
origen en esta parte occidental del Pirineo. Así como ahora tanto los toros 
como los toreros en su mayoría proceden de tierras andaluzas o castellanas, 
hasta finales del siglo XIX –y durante siglos- la gran mayoría de los toreros 
eran vasco-navarros, fundamentalmente de Guipúzcoa y de Navarra. 
Tampoco hay que olvidar que las ganaderías más antiguas que se 
conocen son también navarras. 

          En un principio podríamos decir que la celebración de corridas de toros 
es uno de los denominadores comunes de todas las fiestas de San Fermín. En 
los últimos siglos la única excepción la encontramos en el año 1829, año en el 
que se suspendieron a causa del luto por la muerte de la reina. 

 Actualmente las corridas de toros son un acto multitudinario en el que, a 
las 18’30 horas, durante todos los días de las fiestas, el hombre y el toro miden 
en el ruedo su valor y su bravura. 

       ENCIERRO

Siempre que hay una corrida de toros uno de los 
requisitos previos es el de trasladar las reses que se han de lidiar, desde los 
corrales –o desde los pastos- en los que están recogidas hasta los corrales de 
la plaza de toros. Esta acción de llevarlas a encerrar en los corrales de la plaza 
es lo que se conoce como “encierro”. 

          Para evitar riesgos, los “encierros” de los toros se hacían de madrugada, 
y, en el caso de Pamplona, estos iban acompañados de una serie de 
prohibiciones entre las que estaba la de estar en el recorrido durante el 
desarrollo del mismo, tener los portales abiertos, o las tiendas sin estar 
debidamente protegidas. 

          De la prohibición vino la transgresión, y durante la segunda mitad del 
siglo XIX poco a poco los mozos se fueron introduciendo en la carrera de las 
reses; hasta el punto de que, a consecuencia de la permisividad gubernativa, la 
participación popular fue alcanzando unas cotas que obligaron a que todavía 
en el siglo XIX el Ayuntamiento de Pamplona elaborase los primeros bandos 
regulando la participación en el mismo. 

          En aquellos años finales del XIX la costumbre era correr de tal manera 
que se llegase con los toros a la plaza; y ya a partir del año 1901 nos 
encontramos con los primeros montones en el callejón. 

          El recorrido del encierro ha ido cambiando en función de la ubicación de 
la Plaza de Toros; así pues el recorrido actual se mantiene intacto desde 1922
 Hoy el encierro es el acto sanferminero más conocido en el mundo. A las 
8 de la mañana, desde el 7 hasta el 14 de julio, millones de personas de todo el 
mundo siguen en directo el desarrollo de esta carrera a través de la televisión. 

          ENCIERRILLO

Del 6 al 13 de julio, poco antes de las 23 horas, la 
ciudad acoge uno de los ritos taurinos más desconocidos y más impresionante. 
En ese momento los toros que han de ser lidiados al día siguiente son 
trasladados desde los corralillos del Gas hasta los corrales de Santo Domingo. 

Este recorrido de unos 440 metros se hace en absoluto silencio y con muy 
poca luz, lo que le da un carácter mágico a este rito taurino. 
          El recorrido es el siguiente: corrales del Gas, calleja, plazuela del antiguo 
matadero o de los pastores, calle de Errotazar, puente de la Rochapea, cuesta 
del Molino Viejo, y corral del baluarte de la Rochapea. En este último punto los 
toros pasan la noche para, desde allí comenzar el encierro a las 8 de la 
mañana del día siguiente. 

El encierrillo no es un acto público; sólo pueden presenciarlo aquellas 
personas que han obtenido alguno de los pases gratuitos que distribuye el 
Ayuntamiento de Pamplona. 

FERIAS

 Ferias de ganado. Se celebran en el mes de julio, al menos, 
desde el siglo XIV. 

FIESTAS

 La presencia en Pamplona, en los siglos XII y XIV, de 
sendas reliquias de San Fermín hicieron posible que entre los pamploneses la 
figura del mártir y obispo de esta ciudad alcanzase unas cotas de popularidad y 
de devoción insospechables. Esta circunstancia hizo que en 1386 dos de los 
tres burgos que tenía Pamplona acordasen que ese mismo año se celebrasen 
unas fiestas en honor a San Fermín, y que estas se celebrasen en torno al 10 
de octubre, fecha esta en la que se conmemoraba la incorporación de San 
Fermín, como obispo, en la sede pontificia de la ciudad francesa de Amiens. 
Sin acabar el siglo XIV se tiene conocimiento de que eran ya los tres burgos 
pamploneses quienes celebraban estas fiestas. 

En el año 1591 se acordó trasladar las fiestas de fecha. La Iglesia 
Católica había acordado que la festividad de San Fermín se celebrase el día 7 
de julio; y en esas semanas de julio la ciudad celebraba también, por entonces 
sus ferias. Así pués, unificándolo todo, y garantizando una mejor climatología, 
desde ese mismo año de 1591 las fiestas se celebran en torno al 7 de julio, 
iniciándose la víspera y finalizando en el día de la octava (día 14). Desde 
entonces la ciudad celebra las “Fiestas y Ferias de San Fermín”. 

FUEGOS ARTIFICIALES

 Desde el primer año del siglo XVII la 
pirotecnia, y más concretamente los fuegos artificiales, han estado presentes 
en no pocos acontecimientos relevantes de Pamplona. Hasta esa fecha los 
fuegos artificiales fueron prácticamente inexistentes, quedando la pirotecnia 
relegada a sierpes, gigantes de fuego, y similares. Pese a ello la primera 
referencia a los fuegos artificiales en las fiestas de San Fermín la encontramos 
en 1595. Sin embargo es en la primera mitad del siglo XVII cuando los fuegos 
artificiales en las fiestas pasan de ser un espectáculo ocasional a ser un 
espectáculo habitual y tremendamente popular. 
Hoy día será el espectáculo que más público congregue en la ciudad. 

GIGANTES

Parece ser que las figuras de los gigantes fueron 
concebidas inicialmente para la procesión del Corpus, y para participar en 
comitivas religiosas. Los gigantes representaban figuras de reyes, y 
generalmente danzaban en torno a Jesús Sacramentado o en torno a algún 
santo, siempre como signo de sometimiento del poder político a la ley divina. 
Los primeros datos que encontramos sobre la presencia de gigantes en 
la procesión de San Fermín nos trasladan a la segunda década del siglo XVI. 
En aquellos años eran de uso común los denominados “gigantes de fuego”. 
Desde aquella época la ciudad ha conocido numerosas y variadas 
comparsas. Entre 1780 y 1813 los gigantes no desfilaron por estar prohibidos. 
Y es en 1860 cuando el Ayuntamiento de Pamplona decide encargar un nueva 
comparsa, y de calidad, que es la que actualmente conocemos, obra del 
arizkundarra Tadeo Amorena. Se trata de cuatro parejas de reyes (rey y reina) 
que representan a Europa, Asia, Africa y América. 

HEMINGWAY, ERNEST

(1899-1961). Escritor y novelista 

estadounidense. Llegó a Pamplona, por primera vez, el 6 de julio de 1923 en 

calidad de corresponsal en Europa del semanario canadiense Toronto Star. 

Sus crónicas periodísticas y su novela “Fiesta” favorecieron la divulgación 

internacional de las fiestas de San Fermín. 

Hemingway fue galardonado en 1954 con el Premio Nobel de Literatura. 

Visitó los sanfermines en un total de nueve ocasiones; la última de ellas en 

1959. Se suicidó en el año 1961 en vísperas de los sanfermines. 



  MULILLAS, DESFILE DE



 Una hora antes de que empiece la corrida, a 

las 17’30 horas, desde la Plaza Consistorial sale a pie un curioso cortejo que 

cada año despierta más expectación. Abren la comitiva dos caballeros vestidos 

de negro, con capa y sombrero, montados a caballo. A estos les siguen dos 
grupos de tres mulillas adornadas con cascabeles y banderolas, acompañadas 
de 14 mulilleros. Y por último, cerrando el desfile, marcha la banda municipal 
“La Pamplonesa”. 

El recorrido es el siguiente: Plaza Consistorial, Mercaderes, Chapitela, 
Plaza del Castillo (parada en el Café Iruña), Ezpoz y Mina, Duque de Ahumada, 
Paseo de Hemingway, y Plaza de Toros. 

PEÑAS

 Cuadrillas de mozos. Algo que desconoce la mayoría de los 
pamploneses es que las peñas de Pamplona nacen en la Rochapea, en sus 
huertas. Se les llamaba “jaraneros” a aquellos hortelanos de esa parte de 
Pamplona que acostumbraban a subir en fiestas a la ciudad danzando y 
cantando. 

Posteriormente, ya en 1852, encontramos la primera referencia 
documental sobre una peña con presencia en los tendidos de la Plaza de 
Toros; aquella peña se llamaba El Trueno. Desde ese año, hasta nuestros días, 
han sido decenas las peñas sanfermineras que han aparecido y que han 
desaparecido. Las peñas que actualmente existen se llaman: Irrintzi, Donibane, 
La Única, San Fermín, Anaitasuna, Aldapa, Oberena, Rotxapea, Alegría de 
Iruña, Armonía Txantreana, Bullicio Pamplonés, Los de Bronce, La Jarana, 
Muthiko Alaiak, Sanduzelai, El Txarko, y Mutilzarra. 

Las peñas, con sus pancartas de tela y sus músicas, son hoy las que 
mantienen la animación en las calles, día y noche. 

PROGRAMA DE FIESTAS

Ya sabemos que las fiestas de San Fermín 
siempre han tenido su programa, pero este se anunciaba antaño a través de 
grandes carteles colocados en los puntos más visibles de la ciudad. 
Pero es en 1881 cuando el Ayuntamiento de Pamplona, además de los 
carteles, edita por vez primera, y en color, los programas de fiestas; entiéndase 
los programas de mano, lo que nos permite conocer con todo lujo de detalle 
todos los actos previstos. 
Desde ese año el programa se ha editado ininterrumpidamente, con la 
única excepción de los años 1937 y 1938, en los que la guerra forzó la 
suspensión de todos los actos festivos de carácter no religioso. 

SAN FERMÍN

Estamos, según dicta la tradición, ante el primer obispo 
y el primer santo navarro. Habría que ubicarlo entre los siglos I y II después de 
Cristo, cuando Pamplona era Pompaelo y estaba bajo el dominio de los 
romanos. Dice la leyenda que Fermín era hijo de Firmus, un senador romano, y 
que su familia se convirtió al cristianismo a través de la predicación de San 
Honesto (discípulo de San Saturnino). 
Fermín fue bautizado en la fé católica, y para los 24 años se dice que ya 
fue consagrado obispo por San Saturnino. Murió mártir en la ciudad de Amiens 
después de una larga labor de evangelización en el país galo. 
Que nadie piense que San Fermín era negro, o morenico; el tono oscuro 
que luce la imagen del santo se debe a la acción del humo de las velas durante 
años, o siglos. 
Y que nadie piense, tampoco, que San Fermín es el patrón de 
Pamplona; este puesto recae sobre la figura de San Saturnino. San Fermín es 
copatrón de Navarra junto con San Francisco Javier desde el año 1657. 


SARASATE, PABLO

(1844-1908)

Violinista pamplonés de fama universal. Don Pablo Sarasate se ganó a pulso su presencia en la historia grande de los sanfermines. Estamos ante el primer embajador de Pamplona en el mundo. A pesar de su fama internacional como violinista, Sarasate siempre reservaba un hueco en su agenda para participar en las fiestas de San Fermín. Su llegada a Pamplona era el acontecimiento más importante de las fiestas; la ciudad entera salía a recibirle, se quemaban fuegos artificiales, toro de fuego, bandas de música… Él correspondía al entusiasmo de los pamploneses dedicándoles su primer concierto desde uno de los balcones.