La UNESCO adoptó por primera vez el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía durante su 30.ª Conferencia General en París en 1999, con el objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y fomentar la visibilización de aquellas lenguas que se encuentran en peligro.
NO SOY EL HOMBRE DE LOS TREINTA AÑOS
No soy el hombre de los treinta años, pero aún
amigo la palabra,
ese asombroso don que le diste al humano
y ese pequeño plus, maravilla encendida,
que le das al poeta.
Si tengo la palabra
con un poco de fuego, estaré vivo.
Si llego a la mudez o mi palabra
se vuelve torpe o vulgar o se me apaga dentro
y sólo sé decir “hola”, “sí”, “gracias”,
“buenos días”, “adiós”, “hoy hace frío”,
seguiré siendo humano, pero en un cielo oscuro,
de mí desposeído,
vagando por mi noche como estrella apagada.
Mientras tanto, mi Dios, me agarro a cada sílaba,
la miro, la acaricio.
Y alguna vez, y por sorpresa,
hago vibrar con ella
la más sensible, oculta, pero viva
de las cuerdas del alma.
Gracias, Señor. Por la palabra
soy músico, escultor, pintor y parte
de una danza sagrada que a lo eterno se eleva.
Si la palabra se me viste
de belleza y verdad,
será el ensayo humilde para entrever el cielo
de tu verdad y tu belleza eterna.