La pintura y el toreo son dos expresiones artísticas que pueden llegar a emocionar y a transmitir muchísimo, pero que no pueden estar mejor ensambladas entre sí que cuando Humberto Parra se propone comunicar a través de ellas. Un torero pintor, un pintor torero...en definitiva, una persona que puede explicarnos a la perfección lo que significa el arte del toreo a través de su mirada y las pinceladas impresionistas de su obra. Nos encanta observar y disfrutar día a día el cuadro "Noche de toros blancos de Osborne" que fue pintado en el año 1982 por el artista en el Puerto de Santa María. Todo un privilegio que hoy queremos compartir con vosotros, porque consideramos que no se puede pasar por la vida sin conocer y admirar ciertas cosas que merecen la pena; y esta es una de ellas.
Toro "Chulón"-Paco Ojeda |
HUMBERTO EGOAVIL PARRA
*Fecha de Nacimiento: 10 de mayo de 1960 en el Balneario de Barranco (Lima-Perú)
*Mayor de 5 hermanos
*Tomó la alternativa en Perú
*Llegó a España en febrero de 1983 con 1.700 pesetas
*Vivió en Jerez y actualmente vive en el Puerto de Santa María
*Facebook: Humberto ParraEs curioso ver cómo la pintura y el toreo siempre fueron de la mano en la vida de Humberto Parra. Desde su infancia y en el inicio de sus estudios la vida le llevaría hacia el mundo artístico. Se preparó para acceder a la Facultad de Medicina en la Universidad de San Marcos, pero su camino era otro bien distinto, el que encontró en la Escuela Nacional de Bellas Artes limeña donde centró sus estudios en la escultura, cerámica, dibujo y pintura, lugar en el que comenzó a desarrollar de forma profesional su talento. Todo ello lo compaginaría con su interés y afición por el mundo del toro que se despertó en él cuando era niño, a pesar de proceder de una familia sin antecedentes taurinos. De camino al colegio siempre pasaba por delante de la Plaza de Acho y un buen día vio al matador de toros peruano triunfar en la plaza y alzarse con el "Escapulario de Oro del Señor de los Milagros" y fue entonces cuando decidió apostar por la profesión taurina. Sabía que no sería fácil compaginar estudios universitarios con el mundo del toro, pero las novilladas le ayudarían a costearse los estudios universitarios y no quiso renunciar a ellos.
Humberto toreando en la Pre-Feria de Acho (Lima-Perú) en 1981 |
Humberto toreando en la Pre-Feria de Acho (Lima-Perú) en 1982 |
Llegó a tomar la alternativa en Cajamarca (Perú) junto a Rafael Puga y el ecuatoriano Edgar Peña-Herrera. Pero esa misma noche decidió cambiar de rumbo y viajar a España. Al llegar a Madrid se dio cuenta de que su sitio estaba en el sur. Estuvo en Jerez y más tarde viviría en el Puerto de Santa María, llegándose a sentir un portuense más. Un día se enteró que estaba el torero Jose Mari Manzanares de tentadero en Medina y fue a hablar con él. Le ayudaron en sus inicios tanto el como su padre, Pepe Manzanares. Los tiempos fueron complicados. Siempre mantuvo clara la diferencia entre el toreo y la pintura. Era consciente de que podría haber toreado más a cambio de cuadros, pero no le pareció bien este camino porque sabía además que provocaría confusión en la gente. Más adelante, decidiría retirarse de los ruedos, pero sin dejarlos de lado, ya que a través de su pintura transmitiría toda su esencia en pinceladas vibrantes llenas de color, movimiento y emoción.
Humberto Parra en Jandilla, con José Mari Manzanares |
El arte del esfuerzo y el trabajo
"Como toda profesión artística, la suerte influye bastante, pero lo que influye más es el trabajo. De nada sirve tener un don y no trabajarlo, no cultivarlo, no educarlo"
El Puerto de Santa María...
“a mí me parecía un trozo de la Lima colonial, de esa Lima cuadrada que le encantaba a la cantautora y folclorista peruana Chabuca Granda. Casas Palacio, parques, calles estrechas y el mar muy cerca. Y una gente con un sentido común especial de la vida y del vivir”
La Alternativa
“Decidí renunciar a la alternativa, porque mi ilusión era torear en España y de matador de toros sería más difícil y complicado que de novillero”
Humberto Parra, exponiendo sus obras en Bilbao el año 2010 |
"Su obra no podía ser más que impresionista, como impresionista es la mirada del torero en la arena: esa mirada sabia y profunda que atisba y mezcla con rapidez en su retina el menor gesto o el más insospechado movimiento de un toro, de un peón de la cuadrilla, el aire de un capotazo o la colocación de un picador. Y todo a borbotones, a golpes de color y de sombra, con el matiz tembloroso de la tensión de la lidia.
Hay en su obra genérica, menos personalizada en momentos de tal o cual figura, matices de tanto relieve estético como técnico -de técnica de toreo- que también denuncian la autoría de un matador. Sobre todo en el toro, ese toro de bravura soñada que mira descolgado y fijo al banderillero, anunciando un próximo galope de nobleza. O en el escorzo de la poderosa anatomía de un cuatreño metiendo los riñones bajo el peto, con la entrega que desearía cualquier ganadero. Y hay técnica en el andar pausado del banderillero que se enfrontila con pureza a su oponente. Y en la mano izquierda de un picador que se despega de la silla o que levanta el palo ofreciendo los pechos del caballo.
Y es que Humberto Parra torea cuando pinta, haciendo un guiño al profesional y al buen aficionado para que vean en sus cuadros no un frío y fijo momento escultórico sino una lidia total; para que se comprenda el momento, sí, pero también su antes y su después, sus porqués, en ese pintar sin pintar la arrancada lejana de un toro ya metido en el caballo, o el inmediato galope de ese burraco que adelanta el hocico ante la que será provocadora pisada del peón en el terreno oportuno."
Reflexión extraída que el comentarista taurino Paco Aguado hace en esta web
Desde aquí queremos transmitir nuestra más sincera enhorabuena a Humberto Parra por todo el éxito que está teniendo su obra, que no se debe a otra cosa más que a su trabajo y constancia por hacer brillar su talento.