El mausoleo que no se quedó en Madrid

Aquella fría mañana de primeros de enero de 1890 miles de personas se echaron a la calle en Madrid para decirle adiós a uno de los grandes de la música. Julián Gayarre, el mejor tenor del mundo, había muerto, y su cuerpo recorría las calles de Madrid en dirección a la estación para recibir sepultura en Roncal (Navarra).







Su amigo Mariano Benlliure, escultor valenciano, recibió el encargo de la familia de Gayarre de hacer un mausoleo para cubrir en el camposanto navarro los restos del tenor. Y lo que hizo fue un conjunto monumental extraordinario que llamaba la atención. Se expuso en el Palacio del Retiro para darle categoría a la Bienal de Arte. Finalmente llegó la hora de trasladarlo a Roncal, y el revuelo fue espectacular. Los periódicos madrileños se opusieron, y la Reina encabezó la protesta. ¡Debía de colocarse delante del Teatro Real!

Pero... la familia de Gayarre se impuso, y el mausoleo viajó a Roncal. Simultáneamente lo hizo Benlliure, alojándose en La Perla en aquellos sanfermines de 1901. El 15 de julio salía el escultor hacia Roncal para dirigir los trabajos de colocación.



Mariano Benlliure repitió alojamiento en el Hotel La Perla durante las visitas que hizo en los años cuarenta, viniendo entonces a limpiar y restaurar su gran obra. En el hotel tiene una habitación con su nombre, la 003.



Fotos: Apu Barcelona