Manolete, todo un mito





















El cordobés, e hijo de torero, Manuel Rodríguez Sánchez (1917–1947), mucho más conocido con el sobrenombre taurino de Manolete, es sin ninguna duda uno de los matadores de toros más emblemáticos de la historia de la tauromaquia y sobre quien más se haya escrito. 

Su carácter como persona, su brillante trayectoria profesional, y el hecho de morir en plena juventud en la enfermería de la plaza de toros de Linares tras la grave cogida de uno de los toros que le había tocado en suerte, son tres componentes que han convertido a Manolete en todo un mito. 


Panel que se encuentra en la habitación superior de Manolete


Tomó la alternativa en la Real Maestranza de Sevilla el 2 de julio de 1939. A partir de ese momento su carrera taurina es un continuo rosario de éxitos. Su época verdaderamente dorada la vive en las temporadas de 1942 y 1943 en las que se ve a Manolete arrollar en todas las ferias, sin que nadie pudiese hacerle sombra a su primer puesto del escalafón taurino. Aunque justo es decir que en los años 1944 y 1945 vemos a un Manolete mucho menos regular pero mucho más completo desde el punto de vista artístico.

Entre los años 1940 y 1947 Manolete actuó varias veces en la Plaza de Toros de Pamplona. Siempre que vino a esta ciudad se alojó en la misma habitación del Hotel La Perla, la número 44 (actual 105) –la misma habitación en la que con anterioridad estuvo don Juan de Borbón-. Manolete, a diferencia de otros matadores de toros, siempre quiso que su cuadrilla se alojase en el mismo hotel que él lo hacía, y nunca en un establecimiento de inferior categoría como era lo normal en su época.