Hasta la recepción del Gran Hotel La Perla nos ha llegado un
buen racimo de racimos, y valga la redundancia, de uva moscatel; no es una uva
cualquiera, sino que su calidad y su sabor va avalada por su procedencia, y es
que es moscatel de la localidad malagueña de Manilva, que hace unas semanas se encontraba inmersa en plena campaña de vendimia, y que el domingo 6 de septiembre celebró su Fiesta de
la Vendimia, conocida popularmente como Domingo
Rociero.
Estas uvas, estos racimos que han llegado hasta nuestra
recepción, simbolizan una amistad y un mutuo agradecimiento. Y es que a este
hotel quienes le hacen bueno y quienes le aportan calidad son sus huéspedes. La
dirección del hotel y los empleados con frecuencia forjan muy buenas amistades
con las personas alojadas, como en este caso sucede con José Luis Larrea y
Belén Santa-Olalla. La sensación de amistad es fácil de notar, es una sensación
en la que no cabe el engaño, y además se nota, se siente. Se nota cuando se
comparten confidencias, alegrías, preocupaciones, llantos, emociones. Todo eso
simboliza esta uva, una uva que es como la vida, que a veces te sorprende con
una pepita y… basta con quitarla, y disfrutar así mucho mejor de su sabor.
Belén y José Luis, muchas gracias por su amistad, por estos
racimos de sensaciones.