Uno de los mayores placeres para los clientes que viajan es desayunar en los hoteles. Cada vez que pensamos en el desayuno de un hotel nos viene a la cabeza un enorme buffet, pero ¿es esta la mejor y más placentera manera de desayunar o hemos sido acostumbrados a ello?
Empecemos por el principio. El invento del buffet vino de la mano de Herb MacDonalg, director de Las Vegas Hotel, que decidió en 1946 poner por 1,50 dólares "todo cuanto pueda comer" (definición de buffet) con una presentación masiva en la que se reponían los alimentos durante un tiempo marcado. Este fue el origen de lo que se ha generalizado y conocemos hoy como buffet.
El desayuno buffet ha supuesto dentro de las estructuras organizativas en los hoteles todo un descubrimiento, ya que el ahorro de costes y de personal está servido. El autoservicio, es decir, ese "sírvase usted mismo" es el eje de este "servicio", en el que el cliente es quien elige (o intenta) entre la variedad de productos que están a su disposición. El invento para los hoteles, en muchas ocasiones no resulta nada cómodo para el cliente cuando tiene que esperar su turno para servirse, ver que se ha terminado el café o quedarse sin croissant porque ha llegado tarde...
En nuestro hotel de 5 estrellas no buscamos el lujo por el lujo, sino la diferenciación, un trato exquisito, la exclusividad y personalización, en definitiva, cuidamos con especial detalle todo aquello que haga sentir único y especial a quien se hospede con nosotros. Y el desayuno es parte fundamental de una experiencia única, por lo que nosotros protegemos especialmente ese momento con un desayuno servido en mesa, ofreciendo tranquilidad y calma, algo que en estos días frenéticos está tan en desuso y es tan necesaria. Le invitamos a disfrutar, de la que muchos dicen es la comida más importante del día, de una forma diferente a la conocida "guerra-buffet" a la que nos han acostumbrado, con un desayuno servido en el momento donde no faltará pan recién horneado, jamón, queso, los mejores aceites, fruta, mermeladas, un buen croissant o un huevo frito hecho como sabemos que a usted le gusta, con "puntillitas". Y lo mejor de todo, podrá saborearlo con esa sensación de que no existe el tiempo y que tanto nos gusta.