Era un 2 de enero de 1890 cuando
en su casa de la madrileña Plaza de Oriente fallecía el tenor roncalés Julián
Gayarre. Se cumple ahora el 125 aniversario de su muerte, que es una excelente
excusa para echar una mirada retrospectiva para reencontrarnos con la figura de
quien durante años fue el mejor tenor del mundo. Ese es el objetivo que para el
2015 se ha marcado la Casa Museo Julián Gayarre, en Roncal, que desde hace
veinticinco años es una puerta abierta a la vida de quien asombró al mundo.
Julián Gayarre, ciento
veinticinco años después de su desaparición, necesita como nunca de una
intervención que le ponga en el lugar que le corresponde. Poco a poco se le va
arrinconando dentro de la historia de la ópera hasta llegar casi a ignorarlo, y
sin embargo la correspondencia que de él se conserva, los ecos informativos de
cada una de sus actuaciones, y los contratos millonarios que se le hacían, son
armas incuestionables que hoy nos sirven para demostrar su talla artística y
humana. Nunca un tenor ha sido tan valorado, ni antes ni después. Nunca a un
tenor se le ha llegado a pagar tanto, ni antes ni después. Y nunca un tenor ha
demostrado tanta generosidad y tanto desprendimiento en beneficio de la gente
necesitada, ni antes ni después. Así de claro y de rotundo.
Por vez primera se trabaja ahora
en la catalogación y transcripción de los cientos, ¡miles!, de cartas,
contratos y recortes de prensa que de Julián Gayarre se conservan. Y en
consecuencia, por vez primera, se va a poder conocer la vida de este tenor en
todo su detalle y en toda su dimensión y grandeza. Y podemos adelantar, ya, que
es para descubrirse, que es para admirarse, para sentir sano orgullo. Este
trabajo, esta inmersión en la vida personal y artística de Gayarre, se ha
desarrollado en su totalidad por recepcionistas del Gran Hotel La Perla. El
lema Comprometidos con nuestra historia
va, en nuestro caso, mucho más allá de un slogan publicitario, y se traduce
ahora en la aportación más importante que nunca hasta ahora se había hecho a la
memoria de este tenor navarro.
2015 va a ser, o debe ser, el año
en el que la figura del tenor roncalés empiece a resurgir de sus cenizas.
Afortunadamente, y con el esfuerzo de todos, no le van a faltar a nuestro
protagonista homenajes, trabajos de investigación, publicaciones,
reconocimientos, conferencias, firmas y dedicatorias en el libro preparado para
ello…; y este 2 de enero va a ser el punto de partida de todo ello, de toda
esta actividad con la que queremos que Julián Gayarre vuelva a ser el
destinatario del cariño y reconocimiento de sus paisanos. Y 2015 ha de ser
también el año en el que hay que poner en valor una casa-museo, en sus bodas de
plata, que atesora un patrimonio excepcional y único no solo sobre la figura de
Julián Gayarre, sino sobre el mundo de la ópera.