El
hotel siempre se ha caracterizado por tener unos huéspedes de primera, unos
huéspedes que son los que en estos 136 últimos años le han dado vida y sentido
a esta iniciativa a la que en el siglo XIX pusieron en marcha Miguel Erro y
Teresa Graz.
Pero
lo que poca gente sospecha es que cada primavera, y desde hace una década, el
hotel tiene también sus huéspedes… externos. Sí, externos, que se alojan en el
hotel, pero en la parte exterior. En los arbolitos de los balcones colocados en
2007, allí hacen su nido, y allí sacan adelante su pollada. Son huéspedes de
primera, que pasan completamente desapercibidos, extremadamente limpios, que
llegan a últimos de abril y se nos van a finales de mayo, que llegan dos y se
van seis o siete. Estamos hablando de aves paseriformes, normalmente lúganos
(Carduelis spinus), pero esta primavera hemos estrenado nuevos inquilinos, se
trata de una familia de jilgueros (Carduelis carduelis), primera vez que
nidifican aquí. Cuatro huevos puestos en la segunda quincena de abril, que
eclosionaron el 4 de mayo, y que previsiblemente nos abandonaran a finales de
este mes, todavía sin el plumaje definitivo.