Maridaje vino y poesía


Sin la presencia del vino no puede entenderse nuestra cultura occidental, herencia de ese conglomerado de tradiciones que, desde los imperios asirio y persa, pasando por Egipto, cristaliza en Grecia y Roma. El arte, la literatura y los poetas, sobre todo los poetas, como no podía ser de otro modo, han recogido esa tradición e incluso han sacralizado al vino.

¿Qué efectos produce la experiencia vino y poesía, poesía y vino? ¿Qué magia nos trasporta en la interacción de estos dos mundos? ¿Qué secreto esconde el vino de los poetas? ¿Qué tiene verdaderamente?


Sin duda la experiencia de fusionar los cinco sentidos en uno solo, hacen del maridaje de Vino y poesía una simbiosis organoléptica a las puertas de la perfección sensitiva. Si con el vino ponemos en liza los sentidos del tacto, vista, olfato y gusto, con la palabra recitada por el poeta, hacemos que el quinto de los sentidos, el oído, armonice con el resto convirtiendo la percepción sensorial en una sensación única...

El pasado sábado tuvimos el honor de disfrutar de esta experiencia con los vinos de Fernández de Arcaya, en manos de su gerente y enólogo Miguel Fernández  de Arcaya y los poemas de Javier Asiáin, todos ellos dedicados a la cultura del vino. El salón La Perla del Gran Hotel La Perla fue el marco perfecto, la atmósfera propensa, el estímulo iniciático para degustar el arte de la palabra hecha música y la embriaguez espiritual que a través del paladar nos provocó el vino.

                                                                                         (Gran Hotel La Perla  22-2-2014)