Un "pesetón" en la solapa

Don Pablo Sarasate destacaba en el hotel por su afición a jugar al mus. En el comedor que había entonces en el primer piso pasaba todos los días sus buenos ratos jugando al mus con los amigos. Su mala suerte en el juego era tan grande como su afición a jugar, o lo que es lo mismo: siempre perdía.

Sucedió en una ocasión –y precisamente por suceder solo en una ocasión es reseñable- que la suerte le acompañó, y quiso la fortuna que esa mañana ganase don Pablo la cantidad de… ¡2 pesetas!. Loco de contento acudió a la dueña del hotel y le exclamó: “¡doña Teresa, a mí me podrán discutir de música, pero no de jugar al mus!”. Y como consideró que ése era su día de fortuna le pidió a doña Teresa que le cosiese el “pesetón” en su chaqueta de violinista, en el sitio exacto donde debía apoyar el instrumento. Y es así como esa tarde acudió don Pablo al teatro y dio su concierto. Estuvo más brillante, si cabe, que nunca.



Tenía fama igualmente de ser una persona excesivamente generosa, y así se lo demostraba a cuantos iban a visitarle al hotel; lo mismo daba que el visitante fuese conocido que desconocido. A todos obsequiaba, bien con un puro o bien con un vasito de vino y unas ricas pastas. Numerosos eran pues sus visitantes, y cuantioso, por lo tanto, el importe de la factura del hotel. Cuenta José Joaquín Arazuri que en una ocasión al pagar la factura en la recepción del hotel dijo a un amigo suyo: “Vaya, me ausento de Pamplona. Voy a ver si trabajo para poder pagar la factura del próximo año…”.

Éstas han sido algunas de las anécdotas que el director Joaquín Calderon (actualmente inmerso en la preparación de un documental sobre la figura de Sarasate) ha contado en el programa "Una Mirada Atrás: Pablo Sarasate" en Navarra Televisión. Si queréis conocer más sobre la vida de este violinista y músico os animamos a ver este vídeo, ¡os gustará!