Ismael Sánchez Bella


Ismael Sánchez Bella(1922) fue catedrático de Historia del Derecho en la Universidad de la Laguna desde 1950. En 1952, después de una larga estancia docente en América, regresó a España con la misión encomendada de fundar, o iniciar, la Universidad de Navarra, de la que, además, fue su primer rector. Llegó a Pamplona el 15 de julio de 1952, alojándose en la habitación 412 del Hotel La Perla.



Cuenta él: “Llegué a Pamplona en julio de 1952, con muy poco dinero, aunque con la promesa de ayuda económica por parte de la Diputación Foral, con cuyas autoridades ya habían tenido unas conversaciones previas Amadeo de Fuenmayor y José María Albareda. (…) Parecía imposible que con aquella primera ayuda se pudiera poner en marcha la primera Facultad, la de Derecho, ya en el cercano mes de octubre. (…) El deseo de Monseñor Escrivá de fundar una Universidad en Pamplona empezó así a hacerse realidad.
Entre mis primeras preocupaciones estaba encontrar un edificio adecuado para la labor docente y un piso decoroso para los primeros profesores. (…) Nada más ver aquél bello edificio medieval de la Cámara de Comptos pensé que allí podría iniciarse la nueva Universidad.
(…) La inauguración de la Universidad en octubre de 1952 fue muy brillante. Asistieron muchas personalidades. Hubo Misa del Espíritu Santo en la parroquia cercana, bendición de los locales en la Cámara de Comptos y un brillante acto académico en el edificio de la Diputación Foral. Los alumnos, que enseguida comenzaron a frecuentar las clases, eran 42. El ambiente era muy bueno.
(…) Los años siguientes, en los que me correspondió el honor de actuar como Rector, fueron de desarrollo rápido, pero equilibrado. Para preparar el curso siguiente se hizo necesario buscar profesores que atendieran el segundo curso de Derecho, y habilitar otras aulas. En el curso 1954-1955 surgieron nuevas enseñanzas: Medicina y Enfermería (…). En 1955 comenzó la Facultad de Filosofía y Letras, que se inició con la sección de Historia (…).
(…) Sin embargo, en todo momento se procuró cuidar no sólo la docencia, sino también la investigación: todos teníamos muy clara conciencia de que no se trataba de dar vida a una simple academia, sino a una universidad, y no hay universidad sin investigación (…).”